Directivos preparados pero desmotivados, prejubilados, despedidos o simplemente profesionales que sentís el gusanillo del autoempleo: comprad una empresa.
No es un cuento, podéis hacerlo. En el actual entorno se van a vender muchas compañías, sólo hay que estar alerta, evaluar, valorar, negociar y estructurar la compra. El eterno problema de la financiación también se puede salvar. Ésta puede ser la oportunidad de redirigir su trayectoria y convertirse en su propio jefe.
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