El reto de liderar una startup
Una de las grandes diferencias entre una multinacional y una startup, además de la facturación y el tamaño claro, es la gestión del equipo.
A diferencia de las multinacionales en las que ya está todo procedimentado, poseen una imagen de marca definida, ya tienen un hueco de mercado y más o menos una estructura con un rodamiento previo; una startup es como un bebé al que hay que ayudar a andar. Y eso implica también al equipo.
Liderar un equipo de reciente incorporación, en muchas ocasiones experiencia laboral reducida, mucho potencial y ganas de crecer; parece a simple vista un proyecto apasionante. Sin duda, lo es. Pero entraña también una dificultad; la de transmitir la ilusión y el compromiso por un proyecto aún en su primera fase, con un futuro prometedor pero también mucho trabajo por delante.
Para liderar una startup hay tener muy claros algunos conceptos y trabajar mucho en un estilo de liderazgo inspiracional. Al menos, en el caso de Womenalia, está funcionando fenomenal. Las funciones y aptitudes que debemos poner en práctica son:
.Saber establecer unos objetivos, tener una visión de negocio muy estratégica y con capacidad para tener previstas distintas alternativas de negocio de cara al futuro. Fundamental también la capacidad analítica.
.Saber ayudar a crecer a las personas que forman parte del equipo. Conocerles y construir un ambiente de transparencia y confianza es básico y debe llevarse a cabo en un entorno de integridad y justicia. La correcta asignación de responsabilidades y la celebración de los éxitos de quienes están a nuestro cargo es un elemento fundamental.
.Ser Inspirador. Ello implica tener capacidad para transmitir una visión del futuro y lograr que quienes están a nuestro cargo la compartan. En definitiva, tener la capacidad de unir las necesidades y los objetivos de los empleados a los de la organización y por medio de una gran habilidad de comunicación, lograr que sean compatibles.
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