La privación de sueño hace que los demás nos vean menos sanos.
Como todo el mundo sabe, nuestra sociedad de consumo es una fuente casi inagotable de paradojas; algunas superficialmente entrañables, otras dolorosamente absurdas. Una de ellas, más cercana al primer grupo que al segundo, acaba de ser puesta de manifiesto por un equipo de científicos en Suecia, y podría traducirse al lenguaje llano mediante la siguiente contradicción: cuanto más obsesionados estamos con la imagen, más nos gusta vivir de noche; lo cual, a su vez, nos hace tener un aspecto horrible al día siguiente.
|
|