El egocentrismo y la hiperactividad es una mala combinación para un liderazgo eficaz.
Conocemos jefes que se creen imprescindibles. Todo lo han de hacer ellos. Jamás delegan ¿qué ocurre entonces? El caos se apodera del grupo. En ese tipo de empresas donde toda la imagen recae sobre el falso líder, es altamente probable que cuando éste desaparezca, la compañía se vaya a pique. El no se enterará de nada, pero tú, si formas parte de esa plantilla, sí. Se puede ser bueno como profesional y también un pésimo jefe
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